Buscá el equilibrio: tips para reconciliarte con tu cuerpo y con vos misma.
¿Te sientes a gusto con tu cuerpo?, ¿estás a menudo pendiente de tu imagen?
Te presentamos útiles ideas que te ayudarán a reconciliarte con tu cuerpo y contigo misma.
• Ponte frente al espejo; si no lo has hecho nunca o siempre pasas rápidamente delante de él, ¡hazlo ahora! Ponte frente al espejo desnuda y obsérvate a ti misma, dáte tiempo. Las primeras veces te sentirás incómoda, notarás que te criticas y no aceptas determinadas zonas. Sé consciente de ello y observa tus reacciones.
El cuerpo cambia, y a medida que pasan los años nuestro peso también oscila. Varía ligeramente, ¡esto es lo normal!. Pretender controlar en todo momento estos cambios, nos conducirá a una insatisfacción constante.
No se trata de que te guste todo tu cuerpo al cien por cien, habrá zonas que aprecies muchísimo y de las que te sientas orgullosa. Otras, en cambio, te agradarán menos. ¡Acéptalo porque ésa eres tú también!.
Cambia de hábitos, olvídate por unos días de la báscula y ponte frente al espejo. Obsérvate, como si fueras tu mejor amiga y cuídate todo lo que puedas. Seguro que si practicas este ejercicio conseguirás mayor satisfacción, mejor relación contigo misma y con los demás.
• Sé consciente de lo que comes y cuándo comes. Obsérvate y distingue entre la sensación de hambre y el impulso por comer.
• Observa lo que comes y sobre todo, cuándo comes.
¿Estás triste?, ¿alegre?, ¿te sientes preocupada por algo o alguien ?, ¿qué necesidad afectiva pretendes cubrir con la comida?, ¿qué te falta?, ¿con quien estás enfadada?…
Aprende a identificar la sensación de hambre y a diferenciarla de la necesidad de consumir algún alimento para sentirte mejor, más tranquila. Te ayudará a ser más consciente y responsable de tu vida.
• Valora tu atractivo. ¡Tú eres atractiva! Sólo tienes que darte la oportunidad para descubrirlo.
Frente al espejo observa tus gestos y cómo resultas más graciosa y divertida. Saca todo tu potencial a tu forma de ser; cómo miras, cómo colocas tu cuerpo, tu tono de voz, etc. Utiliza ropa que te favorezca, tú mejor que nadie debes saber “sacarte partido”!
• Date permiso. Concédete el derecho de comer aquello que te apetece sin sentirte culpable.
Es obvio que existen multitud de alimentos calóricos. Si nuestra actitud al comerlos es negativa, favoreceremos nuestro aumento de peso. Tampoco queremos decir con esto que si nos hinchamos de chocolate o pan, y tenemos una actitud positiva, no vayamos a engordar. No!, esto no es cierto.
Se trata de mantener un cierto equilibrio. Comer sano no significa torturarse constantemente y mantener un severo control de todo aquello que ingerimos.
Cuidar nuestra alimentación para que sea equilibrada y darnos permiso para disfrutar de aquellos alimentos que nos gustan, podemos concedernos “caprichos” sin sentirnos culpables.
• Aprecia lo que vales. Tú eres mucho más que tu cuerpo.
Dáte tiempo. Nunca es tarde para aprender a valorarte y quererte. Cuando una persona se siente bien consigo misma y tiene una buena autoestima, sabe que es capaz de gustar. Te mereces mucho más!, no esperes a que te lo digan, descúbrelo y cree en ti. Tu energía llegará también a los demás.